Mi nombre es Ernest Ross, bueno ese es mi nombre artístico. Antes de empezar en el mundo del Flair y de la coctelería, todo el mundo me conocía como Ernesto Caparrós. Mis primeros contactos con el mundo de la hostelería empezaron de muy joven.
Como les pasa a muchos jóvenes, los estudios no eran mi punto fuerte, así que tocaba hacer algo de provecho con mi vida. Como no te quiero aburrir con mi historia, solo voy a decirte que en esos primeros años, pasé por todos los puestos que se pueden desempeñar en el mundo de la hostelería.

A lo largo de esos años fui adquiriendo experiencia. Los cambios de trabajo eran continuos. Incluso me llevaron a Londres, donde empecé haciendo mis primeros pinitos como barman en un hotel de 5 estrellas.

Mi mundo giraba alrededor de una barra, pero sentía que me faltaba algo. Siempre había soñado que sería como Tom Cruise en la película Cocktail, por cierto si no las has visto te la recomiendo. Quería que la gente se sorprendiera mientras hacía mi trabajo, ya ves qué tontería, o no, porque ese era mi sueño.

Pero, ¿dónde podría aprender yo a hacer esos movimientos y a dominar la coctelería como un verdadero experto? Nunca olvidaré cuando un amigo me dijo que Gran Canaria había una Escuela de Coctelería, que en ese momento era de las mejores de España. Después de darle vueltas durante un tiempo, cogí mis pocos ahorros que tenía y me dirigí a Gran Canaria para hacer mi sueño realidad.
Han pasado 15 años de ese momento y puedo decir que el viaje y el dinero invertido han merecido la pena. No solo he cumplido el sueño de sentirme importante tras una barra. He conseguido numerosos campeonatos, entre ellos el Campeonato de España. He competido con los mejores a nivel mundial, llegando a quedar Finalista en el Campeonato del mundo en el año 2016. No todo ha sido competir, también he trabajado para las mejores marcas de bebida: JB, Johnnie Walker, Baileys,… He recorrido el mundo haciendo eventos. He creado mi propia escuela de Flair y coctelería, en la que he formado a cientos de personas. Hoy puedo decir con la voz muy alta, que haber perseguido mis sueños y buscar ser diferente, ha merecido la pena.